9.3.06

A LA PELEA...



...y fue en el paseo, un tanto tanguea'o, un tanto porteño, un tanto achina'o y bravo, como la cueca, el improvisado pañuelo la acechaba y su mirada fija e intensa lo intimidaba...mas el paseo continuaba y el pandero resonaba como una cascabel al borde de un certero ataque...y el pañuelo rodeo el pálido y calido cuello de ella y su lengua embistió como serpiente la oreja de su acompañante.

Comienza la cueca!

...Ella no baja la mirada ni la guardia, el un tanto temeroso.Al otro extremo del bar una mesa reúne cinco dados con cacha de cuero y un par de cuchillos que no despitan la vista de quien se pasea en torno a esa melena oscura con piel de porcelana y ojos que no se despegan de los pasos de su improvisado acompañante quien no para de girar a su alrededor tratando así de esquivar tanto los ataques de esos ojos como los del par de puñales que a medida que el pandero resuena se hacen mas brillantes y reclaman carne y resuena la cueca y los pies zapatean y ella no baja la mirada y los cuchillos no abandonan la amenaza...últimos acordes!!!...la estocada o la vida!...sutilmente él baja el ritmo de su ronda y se acerca a ella, el acordeón inicia su ultimo suspiro, lento, sus ojos siempre fijos brillan en medio de la penumbra, y la cueca tumba que tumba y lo lleva al delirio pero justo antes de que la guitarra se enmudezca y el pandero se acalle por los celos de un par de puñales y cuando su piel pálida y tersa se acerca, él le ofrece su sombrero, un suave beso y se retira......fin de la cueca!!!

(mario)

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